Por qué el COVID-19 sigue siendo una amenaza de salud mundial

Por qué el COVID-19 sigue siendo una amenaza de salud mundial

Tiempo de lectura: 5 minutos

Desde el descubrimiento del coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2), se han observado cambios en el genotipo y re-infecciones con diferentes variantes en pacientes recuperados de la enfermedad por coronavirus (COVID-19), lo que ha planteado dudas sobre el patrón clínico y la gravedad de la infección primaria.1

Estas formas altamente mutadas de SARS-CoV-2 han mostrado tener tasas de transmisión mejoradas en relación con variantes anteriores, las cuales se han denominado “variantes preocupantes”.2

A pesar de la disponibilidad de vacunas y terapias, las continuas alteraciones genéticas hacen que el SARS-COV-2 siga siendo una amenaza persistente, particularmente para las personas inmunocomprometidas y las personas mayores.3

En la presente revisión se analizará el panorama actual de la pandemia por COVID-19 y las condiciones asociadas con la reinfección, así como los factores de riesgo que aumentan o disminuyen el riesgo.

Desde el descubrimiento del coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2), se han observado cambios en el genotipo y re-infecciones con diferentes variantes en pacientes recuperados de la enfermedad por coronavirus (COVID-19), lo que ha planteado dudas sobre el patrón clínico y la gravedad de la infección primaria.1

Estas formas altamente mutadas de SARS-CoV-2 han mostrado tener tasas de transmisión mejoradas en relación con variantes anteriores, las cuales se han denominado “variantes preocupantes”.2

A pesar de la disponibilidad de vacunas y terapias, las continuas alteraciones genéticas hacen que el SARS-COV-2 siga siendo una amenaza persistente, particularmente para las personas inmunocomprometidas y las personas mayores.3

En la presente revisión se analizará el panorama actual de la pandemia por COVID-19 y las condiciones asociadas con la reinfección, así como los factores de riesgo que aumentan o disminuyen el riesgo.

Desde el descubrimiento del SARS-CoV-2, se han identificado modificaciones genéticas y casos de reinfección con variantes distintas.

Panorama de la pandemia

Desde su aparición inicial —en Wuhan en diciembre de 2019—,2 el SARS-CoV-2 ha causado más de 762 millones de casos de COVID-19 y más de 6.8 millones de defunciones registradas en el mundo, hasta el 1 de abril de 2023, con una tasa de letalidad global del 0.9%.4

El primer caso publicado de reinfección por SARS-CoV-2 se documentó en un hombre de Hong Kong de 33 años en agosto de 2020, con dos cepas de virus distintas correspondientes a dos episodios de infección.1

En el ámbito mundial, se registraron 30’129,876 casos de COVID-19 y 195,868 defunciones adicionales (según el informe publicado el 11 de enero de 2023, con corte al 31 de diciembre de 2022). Cabe resaltar que solo 4% de los casos (n=30’129,876) y 3% de las defunciones (n=195,868) se registraron en el año 2023.4

Tan solo en la región de América:4

  • Los cinco países con mayor registro de casos son Estados Unidos, Brasil, México, Chile y Argentina.
  • El número de defunciones semanales aumentó 1% (53,370 adicionales).
  • El mayor número de nuevas defunciones se registró en Estados Unidos de América, Brasil, Canadá, México y Perú.

El desarrollo rápido y la autorización de uso de emergencia de varias vacunas de plataformas novedosas redujeron en gran medida las tasas de morbi- mortalidad global. Desde entonces, en todo el mundo se han administrado alrededor de 12,960 millones de dosis de vacunas, 5,450 millones de personas han recibido al menos una dosis y casi 5,000 millones de personas están completamente vacunadas.3

Los estudios han demostrado que las vacunas consiguieron prevenir entre 40% y 65% de los casos sintomáticos. Sin embargo, el escape inmunológico viral persistente generó oleadas de variantes del SARS-CoV-2 que son más virulentas (cepa Delta) o transmisibles (cepa Omicron), lo que reduce la eficacia de estas vacunas.3

Las vacunas han prevenido hasta 65% de los casos sintomáticos de COVID-19, pero el escape inmunológico viral ha dado lugar a variantes más virulentas o transmisibles, disminuyendo la eficacia de las vacunas.

Con millones de casos confirmados en todo el mundo, una comprensión integral de los factores de riesgo y protectores de COVID-19 será útil para la prevención de la infección, la progresión y los resultados adversos de la enfermedad en pacientes infectados.5

Reinfección por SARS-CoV-2

Al igual que los coronavirus humanos estacionales, el grado en que la inmunidad adquirida a largo plazo puede prevenir la reinfección por SARS-CoV-2 es limitado, debido a una combinación de disminución de anticuerpos y deriva antigénica del virus: la adquisición incremental de mutaciones que permiten la evasión inmune.2

El hecho de que se presente reinfección con SARS-CoV-2 significa que la inmunidad natural no es duradera en los pacientes con COVID-19. Se ha estimado una tasa combinada de reinfección del 0.7% y, aunque la prevalencia de aumentó del 0.2% al 6.8% durante la quinta ola epidémica (especialmente debido a la variante Omicron) la mayoría de los casos afectaron a personas de mediana edad.1

En general, las mujeres parecen tener más probabilidades de experimentar reinfección que los hombres. Hasta el momento, no se ha observado evidencia clara de una diferencia en la gravedad entre la primera infección y la reinfección. Por su parte, los resultados indican que los trabajadores de la salud podrían tener una tasa de reinfección más alta, posiblemente debido a una mayor probabilidad de pruebas y riesgo ocupacional de exposición al virus.1

Factores protectores y factores de riesgo

Según la evidencia actual, los factores de riesgo para desarrollar COVID-19 en adultos varían desde factores demográficos (edad avanzada, sexo masculino y origen étnico) hasta la presencia de enfermedades subyacentes (enfermedades cardiovasculares, hipertensión y enfermedad pulmonar obstructiva crónica).5

De manera similar, se ha informado que los niños más pequeños y las comorbilidades específicas (como la obesidad) tienen un mayor riesgo de infección y consecuencias potencialmente más graves de la COVID-19. Además de estos factores, los principales factores de riesgo de gravedad y mortalidad de COVID-19 también incluyen índices de laboratorio, niveles de citoquinas proinflamatorias y complicaciones.5

Por el contrario, una dieta saludable y una nutrición suficiente, el control de las condiciones atópicas y la vacunación contra la COVID-19 pueden protegernos de la enfermedad, y evitar la progresión y un resultado clínico deficiente. El papel de los tratamientos terapéuticos actuales para la COVID-19 aún está en debate.5

La comprensión de los elementos que aumentan o disminuyen el riesgo de COVID-19 es prioritaria para la prevención de la infección, así como para gestionar su progresión y mitigar los efectos negativos en los individuos afectados.

El aumento de las citocinas antiinflamatorias y la disminución de la expresión de ACE2 pueden contribuir al efecto protector de los factores mencionados. Además, la inducción de la respuesta de anticuerpos y la activación de las células T mediante la vacunación contra la COVID-19 también puede ayudar a evitar la infección, la progresión y el mal resultado clínico.5

Se requieren más investigaciones para identificar posibles factores de riesgo y protectores de la COVID-19, así como para comprender mejor los mecanismos subyacentes y mejorar el tratamiento de los pacientes.5

Conclusiones

La intensidad de las olas pandémicas ha mostrado variaciones en la propagación, posiblemente influenciada por factores como las variantes del virus, la presencia de comorbilidades en la población, la implementación de vacunas y las medidas no farmacológicas destinadas a prevenir la propagación del virus.4

Los programas de vacunación de refuerzo, particularmente en períodos de tiempo relativamente cortos, ha planteado interrogantes sobre las implicaciones inmunológicas a largo plazo de las vacunas repetidas y ha impulsado esfuerzos para desarrollar vacunas con efectos protectores más amplios y duraderos.3

Adicionalmente, se hace necesaria la realización de estudios estandarizados con grandes muestras para desarrollar enfoques estratificados que protejan rápidamente a los grupos de población en riesgo. Dada la amenaza de las cepas variantes del SARS-CoV-2 en varios países, se requieren más investigaciones que examinen la epidemiología, el impacto y los efectos de la vacunación de estas variantes.5

Referencias:

  1. Nguyen NN, Nguyen YN, Hoang VT, Million M, Gautret P. SARS-CoV-2 reinfection and severity of the disease: a systematic review and meta-analysis. Viruses 2023;15(4):967.
  2. Carabelli AM, Peacock TP, Thorne LG, Harvey WT, Hughes J, et al; COVID-19 Genomics UK Consortium. SARS-CoV-2 variant biology: immune escape, transmission and fitness. Nat Rev Microbiol 2023;21(3):162-77.
  3. Lim SP. Targeting SARS-CoV-2 and host cell receptor interactions. Antiviral Res 2023:210:105514.
  4. Secretaría de Salud. Informe integral de COVID-19 en México. Número 01-2023. 1º de abril de 2023. [Internet]. 2023. [Consultado el 03 de enero de 2024]. Disponible en: http://epidemiologia.salud.gob.mx/gobmx/salud/documentos/covid19/Info-01-23-Int_COVID-19.pdf
  5. Zhang JJ, Dong X, Liu GH, Gao YD. Risk and protective factors for COVID-19 morbidity, severity, and mortality. Clin Rev Allergy Immunol 2023;64(1):90-107.
¡Haz clic para calificar esta publicación!
No Comments

Lo sentimos, el formulario de comentarios está cerrado en este momento.