Actualidad: detección temprana de la artritis reumatoide

Actualidad: detección temprana de la artritis reumatoide

Tiempo de lectura: 6 minutos

La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad crónica, sistémica, autoinmune y de causa desconocida,1 que forma parte de las más de 100 enfermedades reumáticas identificadas, cuyo pronóstico, condiciones clínicas y tratamiento son específicos,2 y afectan a una proporción importante de la población mundial.3

La importancia del impacto de la AR no solo estriba en su carácter crónico y elevada prevalencia, sino también por su patrón de exacerbaciones y remisiones que consumen un alto consumo de recursos.4

Asimismo, se trata de una enfermedad potencialmente discapacitante para los pacientes que viven con AR, lo cual determina sus altos niveles de:1

  • Incapacidad progresiva.
  • Ausentismo laboral.
  • Gastos sociales y psicológicos.
  • Deterioro de la calidad de vida. 

Se estima que entre un 30% y 40% de los pacientes con AR presenta incapacidad laboral a los cinco años de diagnóstico y más del 50% padece discapacidad grave a los 10 años de vivir con la enfermedad.1 Esa es la razón por la cual su diagnóstico ha de ser preciso;2 por ello, en la presente nota, se hace una revisión actualizada sobre la detección temprana de este padecimiento.

La artritis reumatoide impacta a los pacientes por su carácter crónico, elevada prevalencia y patrón de exacerbaciones y remisiones.

La artritis reumatoide en cifras

Epidemiología

La AR es una enfermedad de distribución universal, con una prevalencia mundial que va del 0.5%5 al 1.2%, que se presenta con mayor frecuencia en mujeres que en varones (relación 3:1) y en áreas urbanas.4

En el cuestionario central del Programa Orientado a la Comunidad para el Control de Enfermedades Reumáticas (COPCORD) de la Organización Mundial de la Salud y la Liga Internacional de Asociaciones de Reumatología (OMS/ILAR), el 63.0% de los mexicanos que participaron obtuvieron puntaje positivo, revelando la presencia de una enfermedad reumática.3

De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), se estima que en México existen:1

  • Más de 1 millón de personas viven con AR. 
  • Ser mujer es causa común de artritis: tres de cada cuatro personas con AR son del género femenino.
  • Del total de mujeres que padecen esta condición, tres cuartas partes se encuentra en edad productiva.
  • Del total de hombres con AR, solamente el 25% está en edad reproductiva (entre 25 y 55 años).
  • La prevalencia es menor en regiones urbanas, como en la Ciudad de México (1%) y en Nuevo León (0.7%).

Factores de riesgo

La enfermedad puede ocurrir a cualquier edad, sin embargo, su pico de incidencia está entre los 30 y 60 años (media: 41.5 años).2

Se ha calculado que tres de cada cuatro mujeres con AR mejoran su enfermedad en el transcurso del embarazo; sin embargo, a menudo se presentan recurrencias después del parto.2 Además del género femenino y una mayor edad, existen otros factores que predisponen la aparición de la AR:2,4

  • Antecedentes familiares de AR.
  • Tabaquismo.
  • Exposición a los silicatos.
  • Índice de masa corporal ≥30
  • Antecedentes de transfusión
Ser mujer es causa común de artritis: tres de cada cuatro personas con AR son del género femenino.

De acuerdo con datos obtenidos del registro británico en Norfolk, en pacientes entre 18 y 75 años con poliartritis inflamatoria de manos, no se ha hallado relación respecto a antecedentes infecciosos, reproductivos o quirúrgicos.4 En contraste, el uso de anticonceptivos orales y un mayor consumo de vitamina D y té se asocian con una disminución del riesgo de presentar AR.2

Características clínicas

La AR es una inflamatoria crónica del sistema inmunitario caracterizada por poliartritis periférica simétrica,5 que ocasiona daño articular a diferentes partes del cuerpo: manos, muñecas, codos, hombros, rodillas, tobillos y caderas.1

Por lo general, la AR se acompaña de manifestaciones clínicas como inflamación sistémica, como dolor y rigidez.1,5 En pacientes no tratados o que no responden al tratamiento, el proceso inflamatorio eventualmente resulta en destrucción articular, resultando en algunos casos en discapacidad severa.5

La AR también afecta a otros órganos e induce la aparición de manifestaciones sistémicas, como astenia, anemia, anorexia y osteoporosis.2 Además, puede aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular y enfermedad pulmonar intersticial.5

Criterios diagnósticos

Los actuales criterios diagnósticos de la AR tienen un objetivo muy claro: mejorar la clasificación de la enfermedad de corta evolución a fin de establecer un tratamiento oportuno con fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FARME) lo antes posible.2

Sistema de puntuación para el diagnóstico de la AR

Los criterios diagnósticos consideran:2

  1. Presentar al menos 1 articulación con sinovitis clínica (al menos una articulación inflamada) y que dicha sinovitis no pueda explicarse por el padecimiento de otra enfermedad.
  2. Tener una puntuación igual o superior a 6 (Tabla 1) y que considera la distribución de la afectación articular, serología del factor reumatoide y/o anticuerpos contra péptidos citrulinados, aumento de los reactantes de fase aguda y la duración igual o superior a 6 semanas.
Uno de los criterios diagnósticos de la artritis reumatoide es presentar al menos una articulación inflamada que no pueda explicarse por el padecimiento de otra enfermedad.

Cabe señalar que los nódulos reumatoides dejan de formar parte de los criterios, ya que se consideraron como una expresión tardía de la enfermedad y estos nuevos criterios están destinados al diagnóstico precoz de ésta.2

La actividad de la enfermedad en la AR se definió, inicialmente, mediante una serie de variables básicas, acordadas por el Colegio Americano de Reumatología (ACR) y la Alianza Europea de Asociaciones de Reumatología (EULAR) en la década de 1990.6

De acuerdo con estudios recientes, existe un umbral más alto para la evaluación global del paciente que puede mejorar la concordancia entre los criterios diagnósticos. La evaluación por parte del paciente de la actividad global de la enfermedad (PtGA, por sus siglas en inglés) y del dolor es una medida importante de la actividad de la enfermedad.6

El PtGA se ha incluído en el conjunto básico de los criterios del Colegio Americano de Reumatología (ACR, por sus siglas en inglés), en las puntuaciones compuestas de actividad y en las definiciones de remisión. De hecho, se ha observado que la omisión de PtGA empeora la predicción de buenos resultados funcionales.6

Generalidades del tratamiento

El tratamiento de la AR se basa en dos principios fundamentales. En primer lugar, se considera que la enfermedad es grave, pero con la posibilidad de ser modificable. En segundo lugar, requiere un seguimiento riguroso a cargo de un médico que no solo comprenda los aspectos farmacológicos de los medicamentos, sino que también sea competente en la evaluación clínica de los pacientes.2

El objetivo del tratamiento de la artritis consiste en reducir el dolor y la inflamación articular. La EULAR actualmente recomienda para el manejo de la AR el uso de FARME tanto sintéticos convencionales (metotrexate, leflunomida, etc.) como biológicos (rituximab, abatecept, certolizumab pegol, etc.).1

Los agentes biológicos son capaces de favorecer la remisión de la enfermedad y, de acuerdo con las Guías de Práctica Clínica actuales, debido a su alto costo deberán ser considerados como drogas de primera elección cuando los pacientes:1

  • Tienen contraindicación a los FARME (efectos secundarios o intolerancia).
  • Presentan factores de mal pronóstico.
  • Muestran rápida progresión de la enfermedad.

Conclusión

La AR es una afección compleja que resulta desafiante de delimitar mediante criterios de clasificación específicos.2

El diagnóstico de esta enfermedad recae en el médico clínico, quien debe poseer un nivel de conocimiento adecuado y estar dispuesto a tratar a los pacientes, incluso en casos poco comunes que no se ajusten a los criterios de clasificación establecidos. Esto es esencial para prevenir la evolución de la enfermedad y la consiguiente discapacidad funcional.2

Referencias:

  1. Central Ciudadano y Consumidor. Reporte sobre artritis reumatoide en México. México, 2020. Pp. 1-27.
  2. Peláez-Ballestas I, Helena Sanin LH, Moreno-Montoya J, Alvarez-Nemegyei J, Burgos-Vargas R, Garza-Elizondo M, et al; Grupo de Estudio Epidemiológico de Enfermedades Músculo Articulares (GEEMA).Epidemiology of the rheumatic diseases in Mexico. A study of 5 regions based on the COPCORD methodology. J Rheumatol Suppl 2011;86:3-8.
  3. García-de Yébenes MJ, Loza E. Artritis reumatoide: epidemiología e impacto sociosanitario. Reumatol Clin Supl 2018;14(2):3-6.
  4. Gamero-García D. Artritis reumatoide, epidemiología, fisiopatología, criterios diagnósticos y tratamiento. Rev Med Invest UAEMéx 2018;6(2):53-61.
  5. Frazzei G, Musters A, de Vries N, Tas SW, van Vollenhoven RF. Prevention of rheumatoid arthritis: A systematic literature review of preventive strategies in at-risk individuals. Autoimmun Rev 2023;22(1):103217.
  6. Studenic P, Aletaha D, de Wit M, Stamm TA, Alasti F, Lacaille D, et al. American College of Rheumatology/EULAR remission criteria for rheumatoid arthritis: 2022 revision. Ann Rheum Dis 2023;82(1):74-80.
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